domingo, 10 de junio de 2012

Ícaro


Ícaro

Finalmente, cerrando las ramificaciones recientes o spin-offs, surge el proyecto Ícaro.
Tras las primeras pláticas con los lectores de la tesina, entre las reflexiones que surgen sobre la elaboración y destrucción del proyecto, de las asperezas, de las pérdidas, de las ganancias, se menciona el símil del mito de Ícaro, de cuando el hijo de Dédalo, que en su engolosinamiento de la capacidad de vuelo, llega tan cerca del sol que sus alas de cera se le derritieron y cayó.
En la versión del CDI, el vuelo y la pasión se resumen externos de la leyenda del Conejillo, sino en su proceso y su elaboración, teniendo el proyecto de proporciones solares para que cuando el astro decide, todo se venga abajo épicamente. La creación del proyecto como si fuera el máximo vuelo solo para que Iván González decidiera que éste debía desaparecer y todo se quebrantara con la caída.

Así que de estas ideas pesimistas surge Ícaro como proyecto performático exento de la historia y el proyecto del CDI, pero paralelizado por el móvil mencionado.

Ícaro es una pieza performática de veinte minutos (aproximadamente) para tres pantallas, encontrando aquí la raíz del medio en las propuestas del acto 4.2 La Experimentación, para ser interpretado por un bajista, un saxofonista y un cantante de metal, y tiene una lógica progresiva en cuanto a la composición sonora, yendo de la tranquilidad al caos y la muerte (no hablando literalmente). Es un poema sobre la caída de la decisión de ser artista, de sus celos, de sus desprecios, y de sus decepciones.

Originalmente la pieza iba a ser presentada como parte del festival Expoacústica en el IPN Zacatenco, específicamente en el Centro Cultural Jaime Torres Bodet, sin embargo, por problemas técnicos la pieza no fue bien elaborada, y a la fecha nos mantenemos en pláticas con el planetario Enrique Erro para realizarse pronto en este centro astronómico del mismo IPN

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